lunes, 22 de octubre de 2007

Fragmento de la Maria

Fragmento de la Maria

Teniendo
entre mis manos las trenzas de María y recostado en
el sofá en que Emma le había oído sus postreras confidencias, dio las dos el reloj; él había medido también las horas de aquella noche angustiosa, víspera de mi viaje; él debía medir las de la última que pasé en la morada de mis mayores.
Soñé que María era ya mi esposa: ese castísimo delirio había sido y debía continuar siendo el único deleite de mi alma: vestía un traje blanco vaporoso, y llevaba un delantal azul, azul como si hubiese sido formado de un jirón del cielo; era aquel delantal que tantas veces le ayudé a llenar de flores, y que ella sabía atar tan linda y descuidadamente a su cintura inquieta, aquel en que había yo encontrado envueltos sus cabellos: entreabrió cuidadosamente la puerta de mi cuarto, y procurando no hacer ni el más leve ruido con sus ropajes, se arrodilló sobre la alfombra, al pie del sofá: después de mirarme medio sonreída, cual si temiera que mi sueño fuese fingido, tocó mi frente con sus labios suaves como el terciopelo de los lirios del Páez: menos temerosa ya de mi engaño, dejóme aspirar un momento su aliento tibio y fragante; pero entonces esperé inútilmente que oprimiera mis labios con los suyos: sentóse en la alfombra, y mientras leía algunas de las páginas dispersas en ella, tenía sobre la mejilla una de mis manos que pendía sobre los almohadones: sintiendo ella animada esa mano, volvió hacia mí su mirada llena de amor, sonriendo como ella sola podía sonreír; atraje sobre mi pecho su cabeza, y reclinada así, buscaba mis ojos mientras le orlaba yo la frente con sus trenzas sedosas o aspiraba con deleite su perfume de albahaca.
Un grito, grito mío, interrumpió aquel sueño: la realidad lo turbaba celosa como si aquel instante hubiese sido un siglo de dicha. La lámpara se había consumido; por la ventana penetraba el viento frío de la madrugada; mis manos estaban yertas y oprimían aquellas trenzas, único despojo de su belleza, única verdad de mi sueño.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

es muy bueno este fragmento y me ayudo mucho gracias

Anónimo dijo...

me pareció muy interesante este fragmento gracias por ayudarme

Anónimo dijo...

(Y)
Muy bueno

Anónimo dijo...

buen trabajo amigo

Anónimo dijo...

Bueno pero no me ayudo nada .... Mentira ma ayudo mucho porque pude sacar burna nota

FanOf_All #1 dijo...

Gracias me salvaste de un gran apuro 👍👍

José esquea v. dijo...

Es de notable relevancia la simbiosis sustancial entre la espiritualidad y la innominiosa materialidad que reflejaba maria en todo su esplendor, obra que refleja aquellos valores inmateriales innatos o propios del ser humano. Lic. José Esquea v.

the competition that ended on a trip dijo...

Cual capitulo es?

the competition that ended on a trip dijo...

Esta muy bueno

Unknown dijo...

Con el lenguaje que se maneja actualmente entre los adolescentes, reescribe el
fragmento de María ​
Ayuda!!